martes, 25 de noviembre de 2008

Las primeras representaciones dramáticas de la literatura española estaban ligadas a las celebraciones litúrgicas y se hacían en las iglesias.
Entre los legados de los colonizadores españoles en Panamá destacan las celebraciones religiosas que calaron profundamente entre los habitantes del istmo.
Así lo señala el sociólogo Milciades Pinzón, para quien la religiosidad en América se fue sazonando con ingredientes disímiles, pero armoniosamente entrelazados.
"Los españoles nos traen su idioma y su poderío militar, pero con ellos también, sus valores culturales y sus creencias religiosas", dice.
Explicó que, por ello, en el siglo XVIII la fuerza del hecho religioso tomó cuerpo en los retablos coloniales.
En el caso de Azuero, la religión católica siempre ha sido un importante componente cultural. "No podemos comprender nuestra cultura sin considerar este poderoso factor de poder y socialización", añade Pinzón.
Es por eso que las celebraciones del Corpus Christi tienen vigencia desde los tempranos días de la colonia.
Aunque es imposible dar una fecha exacta de la llegada de estas fiestas a América, la iglesia Católica con el ánimo de inculcar entre los habitantes la fe, se valió de muchos recursos, por eso favoreció el uso de las artes escénicas, las danzas, las máscaras y la representación de la vida de Jesús en cada fiesta.
Una de las personas que no falta a esta celebración es monseñor Marcelino García Martínez, quien cada 6 de enero narra los orígenes de la dramatización de la llegada de los Reyes Magos.
García explica que los españoles introdujeron la representación en varios de los poblados que colonizaron, pero curiosamente fue en Macaracas donde se ha conservado hasta nuestros días.
Dice que esta es una obra literaria artística, porque es un diálogo hablado en versos que riman. Actor veterano
Felipe Rodríguez, considerado como uno de los actores que mejor ha representado el papel del rey Herodes, dice que se inició en la actuación de forma casual.
Señala que en la década de los 80, cuando ocupaba el cargo de presidente de la organización que monta la obra, uno de los actores a quien le correspondía hacer el papel del rey Herodes, no llegó, por eso él tuvo que actuar en su lugar.
"Pero, como me sabía casi todo el libreto, porque había actuado en otros papeles, decidí hacer la actuación".
Por su voz privilegiada, el dominio natural del escenario y los diálogos, Pinzón se ganó los aplausos y la admiración de los miles de asistentes.
Confiesa que le ponía el alma y corazón a su actuación, pues el pueblo lo incentivaba, con comentarios positivos, a seguir haciendo este papel.
Rodríguez alabó también las actuaciones que sus coterráneos, Raúl Gutiérrez, Elíseo Castro, Audino Vázquez, Fernando Samaniego, Jorge Castro y Moisés Quinteto (q.e.p.d.), hicieron del rey Herodes.
Para Rodríguez, uno de los actos más emotivos de la representación es el número dos, cuando Herodes pregunta: "¿Qué Rey será este que acaba de nacer?, ¡Oh¡, pobre de él si cae en mis manos. Esta corona es mía, solo el desearla cuesta la vida. Pobre del que mire con codicia y quiera arrancarla de mis sienes".
Otro diálogo que le gusta es el que dice: "Ya he dicho que mis sabios consultados respondieron, que según la profecía del Miqueas era cierto, de ser Belén la corte misma del Mesías verdadero. El mismo a quien buscaría, tendrá allí su nacimiento, por lo cual, es dictamen, partáis luego a Belén que está a dos leguas de este pueblo".
Continúa así: "Allí podréis preguntar si ha nacido en ese pueblo algún infante y, tal vez, hallaréis a ese infante, según anunciáis. Mas, yo sé muy bien, por muy cierto, que haréis el viaje en balde. Pues no es posible que en un pueblo como es Belén hoy, tan corto, de tan pobreza lleno, haya nacido ese rey, que dices, de los hebreos".
Quienes participan en esta obra son habitantes del mismo pueblo de Macaracas, obreros, amas de casa, agricultores, campesinos, modistas, estudiantes y profesionales.
Ninguno de ellos ha asistido a una escuela de arte dramático, pero la escenificación que hacen es considerada como uno de los mejores espectáculos en vivo que se realizan en el interior del país.
Los mismos diálogos del drama se repiten desde hace 184 años, sin ningún cambio. Lo que sí se ha mejorado es la escenografía que ambienta los diferentes actos de la plaza.
El elenco de la obra lo conforman el rey Herodes, dos de sus soldados, sus dos sabios, los reyes Gaspar, Melchor y Baltasar, con un séquito y un mozo cada uno.
También se representan los papeles del centurión, cuatro soldados romanos, el ministro primero, el ministro segundo, la Virgen María, San José y 11 ángeles del pesebre.
En la actualidad, el libreto de este teatro popular se guarda, celosamente, en unas de las casas de los actores principales.

No hay comentarios: